Erase una vez… Siempre he querido empezar así un post pero no, este post no tiene formato de cuento infantil, aunque no por falta de ganas del que escribe, lo dejaré para otra ocasión.
Más bien, he querido empezar con la mítica frase de “Erase una vez” por su inequivoca ligazón a la imaginación, a la creatividad, a los libros, a los e-books, a las recomendaciones y si hablamos de las guardianas de las recomendaciones, hay que hacer mención especial a las bibliotecarias (incluyo personal técnico de biblioteca y otras muchas denominaciones pero me gusta este término, y como el post es mío) y no a cualquier bibliotecaria sino al personal de las biblotecas públicas de los pueblos, en concreto de la Ribera de Navarra. Encargadas de guardar los sueños, la ciencia y la historia pero sobre todo, ilusionadas por repartir este conocimiento escrito entre los habitantes de los pueblos para que éstos y éstas los mezclen con los suyos y se produzca una continua transmisión de verdades, historias inventadas, hipótesis e ideas salvajes.
…Y si hablamos de las guardianas de las recomendaciones,
hay que hacer mención especial a las bibliotecarias…
Porque sí, las ideas salvajes se esconden en las bibliotecas, y sí, muchas de ellas son las soluciones al problema que no nos deja dormir y por tanto, una oportunidad para emprender. Sin bibliotecas se podría emprender pero sería más difícil. Desde aquí un voto a favor por las bibliotecas públicas rurales como lugar de encuentro, como lugar de siembra para el desarrollo local. Y tres urras por las bibliotecarias, uno por ser agentes de ese encuentro, dos por propiciar ese desarrollo a través de la difusión de ideas, pero sobre todo, un tercero por haber aguantado mi chapa sobre los cursos del proyecto EPAE durante los días que las he visitado, mientras intentaban recomendar un libro aquí o cuento allá.
Sin bibliotecas se podría emprender pero sería más difícil…
Lecciones aprendidas observando a las bibliotecarias:
* Escucha a tu cliente. Especialistas en escuchar deseos, no en oir palabras. Es decir, tú dices “me he peleado con mi chica”, ellas escuchan -necesito un libro de aventuras con chica y chico enamorándose-
* Adáptate a tus clientes. Nada tienen que ver las bibliotecas donde yo estudiaba en mi pueblo a las actuales. Ver fotos.
* Pon pasión en tu trabajo. Sólo hace falta hablar dos segundos con cada una de ellas para ver que no es casualidad que estén allí. Y si lo es, la han convertido en delicia.
* Creatividad y orden en el mismo espacio. Carteles llamativos para cada segmento de público, colores, mensajes directos, últimas novedades a la vista, temas de actualidad destacados y orden, mucho orden. La creatividad partiendo desde el orden. Yo no puedo entenderlo, mis momentos de creatividad llegan desde el desorden. ¿Serán una raza especial o se habrán entrenado muy bien?
Mi más sincero agradecimiento a Ana, Belén, Juana Marí y Begoña por atenderme en Arguedas, Ablitas, Azagra y Fustiñana.
Yo te recomiendo: Cursos del proyecto EPAE (Espacios Públicos de Actividad para el Empleo). No te los pierdas, empezamos ya!
September 18, 2013 at 6:39 am
Muy bien Héctor, un homenaje a l@s bibliotecari@s que en los pueblos pequeños nos han permitido viajar sin salir de allí. Transmiten conocimientos, permiten intercambio de ideas. Club de lecturas, asociaciones de culturas, … la mayoría tienen su germen allí. Además nos están ayudando muchísimo en la difusión del proyecto “E.P.A.E.”. Consorcio EDER.
September 18, 2013 at 7:39 am
Muchas gracias! Yo recuerdo con mucho cariño la biblioteca de mi pueblo, pero mucho más a las dos personas, que acabaron siendo pareja, que la gestionaban. Tuve alguna pelea con ellos cuando era muy adolescente pero luego recuerdo todo su esfuerzo y animos durante los veranos, que por querer ser mejor estudiante 🙂 pasé allí. Y desde luego las bibliotecarias, sólo he estado con mujeres, que me han atendido en la Ribera han sido muy generosas con el proyecto.
September 18, 2013 at 5:08 pm
Muy buen artículo Héctor el homenaje a tod@s los bibliotecari@s, como dices mi mejor recuerdo de la época de estudiante era que imponían silencio, orden, y te obligaban a estar mucho más centrado en lo que estabas haciendo…..
September 19, 2013 at 2:42 pm
Muchas gracias Esther!